El consumo de ovino y caprino es un aliado en la lucha contra la degradación medioambiental y el cambio climático. El pastoreo es un desbrozador natural que limpia la biomasa vegetal, evitando que se acumule una capa combustible que pueda terminar ardiendo.
La apuesta por las carnes de cordero, lechal y cabrito para nuestra cesta de la compra representa un apoyo a nuestro ecosistema, basado además en la labor polinizadora que realizan las ovejas cuando diseminan las semillas de las plantas en su lana y en sus heces.
Este potencial de la ganadería ovina y caprina como agentes desbrozadores naturales es la razón por la que en Europa se están implementando programas específicos para limpiar los campos y los montes mediante en trasiego de rebaños.
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